miércoles, 24 de septiembre de 2008


Un tabladito, digamos un tingladillo, en donde aparecen los actores traspasando el pequeño telón. Payasos trágicos, marionetas manejadas por el destino, el destino de la tierra, siempre la tierra.

Pero es esta tierra por la que luchan los hombres, la misma que da la vida y que también la que la quita.
El hombre tiene que pelear, tiene que matar, para poder sobrevivir.

Hemos querido llevar al extremo el mundo que Lorca nos propone, huyendo del realismo, como en un sueño en donde los fantasmas llegan. Estos "seres" revelan a través de su actuación marionetizada el dolor soterrado en las almas del ser humano.

¿Payasos, cómicos, muñecos? Títeres humanos, crueles y despiadados, dispuestos a despedazarse los unos a los otros. En lo pequeño, lo reducido, lo contenido, se encierra la fuerza más grande.